Llegado el determinante momento de elegir cómo agasajar a los invitados a nuestro enlace matrimonial debemos ser cuidadosos en seleccionar un buen menú para una boda de día y menú para una boda de noche, pues aunque no lo parezca, son planteamientos muy diferentes en cada caso.
Para ello vamos a proceder a unos consejos básicos que estamos seguros pueden ser de gran valor a la hora de tomar una decisión definitiva de aquello que vayamos a comer, con la intención de acertar con lo más apropiado en cada caso.
Diseñar el menú para una boda: ¿Almorzamos o cenamos?.
Definitivamente hay aspectos fundamentales que van a condicionar la elección del más apropiado menú para una boda, y algunos de los más importantes son:
- La fecha: importante si es época de calor o de frío.
- El lugar: si se celebrará al aire libre o en interior.
- La hora: almuerzo o cena.
- El formato: Cocktail de pie o platos en mesa.
Almorzamos:
Hemos decidido celebrar nuestro enlace en horario de mañana, por lo tanto, la celebración implica un almuerzo.
Ya sea del formato que sea, un almuerzo requiere siempre unos aspectos comunes:
- Podemos permitirnos una cantidad importante de platos pues durante el mediodía está demostrado que el consumo de alimentos es mayor.
- Estaremos en mejor disposición de incluir sabores más contundentes e intensos.
- Podemos alternar carne y pescado por igual.
Si elegimos el formato Cocktail, nuestra recomendación es que no haya menos de 20 o 25 opciones diferentes en nuestro menú, pero siempre con sabores variados.
Además, dependiendo de la época del año, es recomendable incluir sorbetes, jugos, caldos o gazpachos de sabores originales para compensar otro tipo de entremeses de mayor densidad.
Si por contra decidimos disponer a los invitados en mesas, afrontaremos un menú para bodas que debe incluir platos al centro (entre 2 y 4 opciones) y de tres a cuatro platos para cada comensal, además del postre. En ellos debe figurar obligatoriamente una carne, un pescado y una opción de verdura u hortalizas.
Cenamos:
Nuestra boda es por la noche y aquí hay que realizar otros planteamientos partiendo de una base primordial: «por la noche el consumo de alimentos es menor y se recomienda que sean ligeros y de fácil digestión»
Al igual que antes haremos una distinción según el formato elegido.
Cocktail: en esta ocasión bastarán una media de entre 12 y 18 opciones diferentes, debiendo utilizar alimentos que abusen poco de salsas, frituras y picantes. Nuestra recomendación es que haya varias opciones que contemplen verduras bien solas o combinadas con otros elementos entre los que pueden estar la carne y el pescado, dando así espacio a estos tres componentes básicos.
Los postres deben ser ligeros y es preferible presentarlos en pequeñas porciones de texturas y sabores diversos.
En mesa: Tal vez no sean ni tan siquiera precisos los platos al centro o como mucho un par de ellos con aperitivos ligeros.
Lo recomendable para la noche es disponer de dos platos de media intensidad en los que podemos optar por carne (mejor en formato plancha o al punto y carente de salsas y similares) y pescado acompañado de guarnición de verduras. Según la época del año podemos intercalar entre ambos algún caldo caliente o frío. El postre debe ser una combinación de sabores ligeros y tamaño medio a pequeño.
Sea cual sea nuestra opción de menú de boda de día o menú de boda de noche, lo importante es combinar calidad en los ingredientes, variedad en los sabores y sobre todo…buena compañía.
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